lunes, 15 de abril de 2024

¡Se perdió el niño!


 
  
Hace muchos años, cuando España y Europa dejaban la Edad Media para adentrarse en el llamado Renacimiento, el rey, que por aquel entonces tenía el poder de España que era, nada más y nada menos que don Felipe II,  tomó  una decisión importante, pues para eso era la máxima autoridad del momento.

Posiblemente, desde su querido San Lorenzo del Escorial, el monarca mandó eliminar todos los Hospitales de la ciudad para que pasaran a formar parte del Hospital General.

Se cuenta que en  uno de estos Hospitales que desaparecieron, el llamado Hospital de las mujeres perdidas, se encontraba una mujer viuda, que pese a estar en su sano juicio, había sido acusada de loca por sus familiares, con la intención de quedarse con sus pertenencias.

Esta mujer no estaba sola en el Hospital, ya que junto a ella se encontraba un niño de apenas cinco años.  Llegó el día en que se tuvieron que mudar de Hospital, la mujer pidió que subieran a por su hijo a la boardilla, pero nadie le hizo caso, porque pensaban que estaba loca. Con la pena por bandera y dando gritos desesperada, la mujer fue obligada a marcharse.

A los tres o cuatro días, un tal Bernardino Obregón, que según algunos era vidente, escuchó el lamento de un niño mientras soñaba. Por inspiración Divina, fue con la policía al Hospital, y efectivamente allí encontró moribundo al niño perdido. Evitó su muerte y lo llevo junto a su madre, que a los pocos días fue dada de alta al comprobar que no estaba loca.

Recuperó los bienes que le correspondían de su fallecido esposo. Madre e hijo vivieron felices el resto de su vida.

Corría el siglo XVI cuando esto sucedió.

Si no recuerdo mal, en este Hospital, está ahora el museo Reina Sofía.



Una frase:   LA ABEJA ES MÁS HONRADA QUE OTROS ANIMALES, NO PORQUE TRABAJE, 

SINO PORQUE TRABAJA PARA LOS DEMÁS.

Autor.  San Juan Crisóstomo.

lunes, 8 de abril de 2024

La mujer que inventó el Parabrisas



Son muchas las mujeres que han inventado algo, pero para los que sabéis conducir, creo que este es uno de los mejores: el limpiaparabrisas ( ahí queda eso).

     Es cierto que existen algunos inventos con menor trascendencia que otros. Pero no hay que olvidar que los pequeños detalles pueden facilitarnos mucho la vida.

     Han Shan, un filósofo chino de siglo XVI, decía que los grandes logros están compuestos de detalles diminutos. Así que hoy vamos a hablar de una mujer que inventó un mecanismo tan simple y tan necesario para conducir como el limpiaparabrisas.

     A Mary Anderson, que nació en Alabama en 1866, se le ocurrió esta idea despues de pasar el invierno de 1902 en Nueva York, allí se dio cuenta de que los conductores de tranvía y coches perdían mucho tiempo retirando la suciedad y despejando de nieve y agua las ventanillas, ya que para hacerlo tenían que salir del vehículo.

     Solo Henry Ford confío en ella.

     De coches, ella, que era promotora inmobiliaria y viticultora, no sabía nada. Pero como había heredado una fortuna y le fascinaban los automóviles, decidió dejar su granito de arena en aquella incipiente industria;  un sistema para despejar de nieve, polvo y agua los cristales del coche.

     Hizo varios ensayos con una lámina de goma unida a un brazo metálico móvil que barría el vidrio al accionarse desde el interior del vehículo con una palanca. Después de numerosas pruebas, el 1905, obtuvo la patente para un  "brazo giratorio para despejar el parabrisas", aunque tuvo que lidiar con quienes aseguraban que su invento era peligroso, pues podía distraer a los conductores y provocar accidentes. Además, una empresa canadiense a la que quiso vender su creación le respondió diciendo; " No consideramos que su invento tenga tanto valor comercial como para justificar su comercialización" ¿Despidieron al que escribió esta respuesta?

     No lo sabemos. 

 Pero si que Henry Ford comprendió rápidamente su utilidad y, a partir de 1908, todos sus coches salieron al mercado con este dispositivo

lunes, 1 de abril de 2024

El Señor de Madrid


El Señor de Madrid

Ya se ha acabado el mes de marzo y también las "colas" interminables de más de seis horas que hacen los madrileños y los que vienen de fuera, tanto de Madrid como de varias partes del mundo para rendir homenaje a Jesús de Medinaceli. No quiero ofender a nadie porque es historia y, además una historia muy hermosa:

Se recuerda en Madrid aquel 14 de marzo de 1.936, segundo viernes de mes. La fe y el fervor han convocado a mucha gente y las "colas" están formadas en la calle.

A la vez se van reuniendo grupos sospechosos voceando "U.H.P. Jesús ha de arder"

La serenidad de los devotos, firmes en sus filas, les dejó amedrentados el tiempo suficiente para llamar a la Fuerza Pública que acude rápidamente.

Al domingo siguiente, después de otros atropellos, los frailes deciden ocultar la imagen dentro del mayor sigilo y lo hacen metiéndola en un féretro en la Cripta del convento. Así cuando asaltaron el convento, la imagen no aparece por ninguna parte. Rememorando el Evangelio diríamos que "todavía no había llegado su hora".

La hora llegó al año siguiente. El batallón de Margarita Nelken, que residía en el convento, careciendo de combustible, buscaron madera por todos los sótanos y Criptas..., y al levantar una vieja puerta tirada en el suelo oyeron caer escombros y dieron con una caja grande. ¡Sería algo valioso, quizá un tesoro de los frailes o hasta un deposito de bombas!

El capitán que mandaba la fuerza, pensó que se trataba de la imagen de Jesús y ordenó desalojar la Cripta y cerro con llave, comunicando el hallazgo a su superior.

Como es natural se pasó aviso a la Junta de Defensa de Madrid. La imagen estuvo seis días en el despacho del capitán. ¡¡¡Que suerte tuvo!!!

Todos estos señores decidieron sacar la imagen de Madrid, pues las cosas estaban más bien revueltas y con gran acierto, decidieron trasladarla muy bien escoltada a Valencia.

Muchos madrileños habían sido evacuados hacia levante y ahora iba con ellos Jesús, su Cristo de Medinaceli.

Mas tarde lo llevaron a Cataluña con otros muchos objetos de arte, al Castillo de Perelada. Después y por más seguridad viajó a Ginebra.

En Marzo de 1939 un comité internacional de expertos examinó e identificó la imagen de Jesús Nazareno de Medinaceli, quedando hondamente impresionado ante su rostro dulce y dolorido.

¡¡¡Y por fin...llegó a casa!!! 

Gracias a todos los que colaboraron en esta gesta...sean del color que sean...muchas gracias.

NOSOTROS LE LLAMAMOS EL SEÑOR DE MADRID, PERO ES EL SEÑOR DE TODOS.

lunes, 25 de marzo de 2024

A los papás y a los abuelos



Hace varios días que fue el del padre, pero como siempre voy retrasada quiero felicitar a todos. Como ejemplo voy a contar dos anécdotas, una de mi padre y otra de mi suegro. Como estas habrá muchas en todas las casas, asi que os invito a que las contéis.

Padre I 

Empezaré por por el abuelo Vicente (llegó a ser abuelo). Un hombre honrado, bueno, trabajador y gracioso. Este hombre, como todos los de su época, pasaría calamidades, frío, hambre e incomodidades, pero creo que una de las experiencias peores de su vida tuvo que ser, cuando su esposa dio a luz a una niña muerta.
Cuando fue a ver a su mujer al hospital le dijeron lo que había sucedido, pero no quedaba ahí la cosa, ya que le dijeron que tenía que hacerse cargo del cadáver de la niña.
El debió de echarse las manos a la cabeza, pues era muy apocado. Los encargados de dicho hospital le aconsejaron, como se solían hacer las cosas en aquellos tiempos (años 50). Pues bien...en una tienda de comestibles, pidió una caja vacía donde antes había higos secos. En aquel hospital introdujeron a la niña en la caja y con ella debajo del brazo fue hasta el Cementerio de Vallecas que era el más cercano a su domicilio. ¿Que iría pensando por el camino con el cadáver de su hija debajo del brazo? Lo hizo a través del campo.
Nunca lo contó, nunca dijo nada y jamás mencionó a la niña. Yo lo supe porque me lo contó mi madre despues de muchos años, Por que el abuelo Vicente...era mi padre.

Abuelo II

Ahora le toca al abuelo Antonio, capitán de la Guardia Civil. Era otro hombre bueno, valiente y muy serio. En una ocasión me contó su esposa (a él no le gustaba alardear de su valentía), allá por el año 1937 en pena guerra civil tenían 5 hijos, vivían en el cuartel de Albolote (Granada). ella estaba embarazada. Pues bien. Una noche que iban de patrulla, caminando el abuelo Antonio al frente de su pelotón  por una carretera de arena...tan oscuro estaba que no vio una cuerda que atravesaba dicha carretera. El abuelo Antonio que entonces era teniente, sin darse cuenta se enredó en la cuerda, se quedó quieto, dio el alto a sus guardias para que no siguieran andando. Todos se pararon. Cuando se dieron cuenta de lo que pasaba, todos ellos sin excepción quisieron ayudar a su teniente.
Les ordenó que no se acercaran a él, pero como aquellos guardias civiles eran tan valientes como su teniente le dijeron a voces que iban a tratar de soltarle de la dichosa cuerda. Había mucho peligro, pues si tocaban mal la cuerda podrían volar todos por los aires.
Tuvo que ordenar con pistola en mano que se quedaran quietos hasta que amaneciera y, aunque de mala gana le hicieron caso: estuvieron toda la noche en pie, tanto el teniente cómo sus guardias civiles...por fin, al clarear el día pudieron ver que efectivamente había un artefacto, 
Después de desactivarlo y destrozados de cansancio volvieron al cuartel. Creo que cuando entraron, le dijeron al Comandante de puesto...Sin novedad...
Algunas veces le pregunte que cuantas durmió , él muy serio decía:
Antes del medio día se le ocurrió parir a la abuela y no uvo un solo guardia que no oyera sus gritos...

 
ADMIRABLES LOS DOS,
 


lunes, 18 de marzo de 2024

Mi potaje


Para mis queridos amigos ingleses, alemanes, franceses etc.etc. Les digo que el potaje es un plato típico español que se come preferentemente en Cuaresma. (O eso me imagino yo).

     Se compone de garbanzos, espinacas, bacalao y en algunos sitios le ponen albóndigas de Cuaresma, o sea, sin carne. Mi madre lo hacía muy rico y sencillo y yo lo hago como ella me enseñó.

     Hacía lo menos diez años que no lo comís, pues a ninguno de mis hijos les hace mucha gracia, por no decir ninguna. Como ya sabemos todos, estamos en Cuaresma y es costumbre que los Cristianos Católicos nos abstengamos de comer carne los viernes de Cuaresma. Dicha costumbre es...porque al hacer esto estamos en comunión todos, a sea, que estamos unidos en días tan señalados como es la Semana Santa.

     El viernes hice el consabido potaje...pongo la mesa y espero a que llegue mi hijo. Lo primero que me dice es que está muerto de hambre. Se pasa al cuarto de estar donde comemos cuando estamos solos, se sienta y esperan que yo llegue con la comida. Cuando ve el potaje, va y me suelta:

-Parece rancho.  (claro, como ha hecho la mili), yo creía que lo decía por hacer gracia, si, si.

     Me pregunta muy serio que clase de comida es. Yo le respondo que potaje, me dice:

-¡Que pena de garbanzos!

-¿Y eso verde que es?

     Le contesto que espinacas y, me dice:

¡Que ya me lo puedo comer yo que él no lo cata!.

     Yo con cara de mártir le digo que por favor, que lo coma, que está muy rico y además es día de vigilia...entonces...me pide un filete, que así tengo potaje para más días, para mi sola, por supuesto.

     Entre este tira y afloja nos han dado las 4 de la tarde. Como el "niño" es cuarentón, ni puedo darle un guantazo ni obligarlo a comerlo, las dos cosas se las merecía. Me voy a la cocina, abro un tarro de espárragos y un par de huevos fritos y se los pongo en la mesa...yo empiezo a comer mi potaje. El muy ladino viéndome comer me dice: 

-Con la olla que has cocinado vas a tener potaje para toda la Cuaresma...y para la del año que viene.

     Cuando hemos terminado la comida, he sacado todas las tarteras que tengo de Tupperware y me he repartido el potaje por raciones, seguro que despues de Cuaresma...todavía tengo potaje. 

     ¡Ah, a todo esto he tomado el té de las cinco a las siete...

¡Que ricos son los hijos cuando son mayores!

 

lunes, 11 de marzo de 2024

El Abuelo, leyenda de Jaén


 

     Como estamos en Cuaresma vamos a poner algo que he visto y oído por alguna parte y lo voy a contar, a mi me ha gustado mucho, allá voy.

     Resulta que nos parece que solo vemos algunas partes de Andalucía, pero no, hay, bueno todas, tienen sus leyendas, cuentos o como queramos llamarlas. 

     Esto ocurrió en Jaén, que también es una de las provincias de Andalucía y que según las crónicas ocurrió en un pequeño caserío:

     Una noche, un anciano llegó muy cansado a la puerta de un caserío y pidió a la familia que allí vivía pasar la noche allí a lo que la familia accedió.

     Durante la cena, el hombre vio el tronco de una encina y se le ocurrió tallar una imagen como agradecimiento por acogerlo, se encerró en un dormitorio y dijo no salir de ahí hasta que no acabara de tallar.

     Pasados tres días y viendo que el hombre no salía la familia, preocupados, se decidieron a entrar y encontraron la figura de Jesús perfectamente esculpida cubierta con un sudario pero ni rastro del anciano, y una nota en la que decía:

   >A través de esta imagen, amadle con todo el corazón, con la seguridad de que nunca os abandonara<

     A partir de entonces se produjeron multitud de peregrinaciones al caserío y cuando el matrimonio falleció, la imagen fue trasladada al Convento de las Carmelitas Descalzas.


Esta leyenda mantiene el misterio de este paso al que acompañan miles de penitentes, a ritmo de una marcha compuesta para este paso por el maestro Cebrián, y que despierta la admiración de la ciudad de Jaén y de los visitantes. 


LA FOTOGRAFÍA LA HE COGIDO DE INTERNET Y ES LA  AUTENTICA O SEA LA MISMA 

QUE AQUEL ANCIANO ESCULPIÓ.




lunes, 4 de marzo de 2024

Los guisantes de la abuela

 

     Hoy tenemos la reunión anual de los vecinos, por ese motivo y aunque tengo pocas ganas, no tenemos más remedio que ir.

     He delegado en mi hijo, pero dice que yo vaya aunque sea poco tiempo, el caso es que me vean...iré.

     Por ese motivo voy a ser breve y voy a contar una anecdota que le ocurrió a mi querido padre y a mi abuela:

     Ya sabéis que mi padre solo se ponía el uniforme cuando estaba de servicio, que era siempre, pero claro solo por las tardes, pues bien. Escribió mi no menos querida abuela, diciendo que venía para hacernos una visita y de paso nos traía un poco de matanza, que lógicamente habían hecho en el pueblo. 

     Mi madre se puso tan contenta, no solamente porque llegaba su suegra, sino por la matanza que anunciaba. Eran malos tiempos, estoy ablando de los años 40, cuando todo lo tenían que comprar de estraperlo, ya que como sabéis algunos mayores, eran tiempos de Posguerra y el que mas y el que menos vivía del estraperlo,

     Mi padre, a regañadientes se puso el uniforme para ir a buscar a su señora madre. Mi madre, casi le empujaba para que se fuera cuanto antes y así venían pronto.

     Al bajarse del tren en la estación de las Delicias en Madrid. Mi pobre padre vio que su madre traía una enorme bolsa y a este le caían sudores. Después de los consabidos besitos, que no le gustaban cuando vestía el uniforme, le dijo a mi abuela, su madre:

    - Madre, ¿Qué trae usted el esa bolsa?

     Ella le contestó - Un poco de matanza, hijo.

     Él le contestó.- Salga usted rápidamente porque si la registran los de abastos...

     Ella se reía, pues creía que mi padre era el que mandaba en Madrid. Salieron por donde le dijo mi padre y la buena de mi abuelita se paró para decirle al señor de abastos...-Este es mi hijo.

    Según creo a mi padre le caían sudores, le dio una risa tonta y pasaron los dos como si nada. 

    No solamente llevaba "una poca de matanza" sino que también traía guisantes, estos estaban secos, o sea, como los garbanzos...la matanza se acabó, pero los guisantes, estos no tenían fin. Mi madre los hacía en forma de potaje, los guisaba como las lentejas...el caso es que ya nos salían los guisantes por las orejas. Hasta que nos revelamos y ya no quisimos comer mas guisante. No crean que fueron a la basura, no, sino que "Los vendió mi madre" y las vecinas se los quitaban de las manos.

     Mi padre lo contaba con mucha gracia, tal es así, que al decirle mi madre que como habían pasado por la estación bolsa tan grande, él dijo:

     "Es que si lo se no voy"