lunes, 30 de enero de 2017

Homenaje

Hoy le hago un pequeño homenaje a Mario Capecchi. Él se merece uno bien grande y su señora madre también. No depende de mi hacérselo pero vaya mi admiración por él y por lo que sufrió su madre.
Mario Capecchi, es genista molecular. Es italo-estadounidense, estoy segura que todos sabéis que ganó el premio Nobel de medicina en 2007, junto a sus colegas, Oliver Smithies y Martin Evans.
Fueron premiados por sus trabajos pioneros en el campo de la manipulación genética de animales, con la intención de "imitar" modelos de enfermedades humanas como el cáncer o la fibrosis quística.
*Dice: tengo 77 años, cuanto más estudio, menos sé y más me divierto*
Nació en Verona durante la gran guerra. Vivía en los Alpes Tiroleses y la Gestapo fue a buscar a su madre, él tenía tres años y medio.
Su madre, Lucy Lamberg se enamoró de un aviador italiano, Mario Capecchi. Lucy era una poetisa, una intelectual antinazi y presentía que iban a ir a por ella. Por eso vendió todo lo que tenía y les dio el dinero a unos granjeros del Tirol para que cuidaran de su hijo por si algún día le pasaba alguna cosa...y le pasó.
Acabó en un campo de concentración. Los granjeros cuidaron del niño durante cuatro meses, pero un día, el dinero desapareció sin saber como y el pobre niño acabó en la calle...¡Dios mío!  ¡Solo tenía cuatro años!
Si, cuatro años y medio y estuvo hasta los 9 años sobreviviendo en las calles con una pandilla de chiquillos.
Eran un grupo de críos que robaban en pandilla para poder comer por toda la Italia de la posguerra.
Al final le internaron en un hospital con fiebre tifoidea y mal nutrición durante un año.
En 1945 su madre su madre fue finalmente liberada y después de 18 meses de búsqueda... finalmente lo encontró.
Lucy fue liberada el día que Mario cumplió 9 años, le costó 2 años encontrarlo entre aquella pandilla de delincuentes, habían salido del Tirol y acabaron en Calabria.
Lucy con su hijo decidió irse a América porque allí tenía un hermano. Fueron a Filadelfia. No aprendió a leer hasta los trece años, y dice: "Pero entonces ya sabía todo sobre la vida: me las había ingeniado para sobrevivir".
Estudió, progresó...palabras suyas. "Siempre he pensado que lo que aprendí entonces con aquellos ladronzuelos, me sirvió después como investigador: una cierta intuición del porvenir"
Capecchi siempre sonríe. Dejó atrás una infancia dura. Todo lo que le fue adverso, le sirvió para crecer.
En todas las fotografías que he visto de él, en todas está sonriendo.

Yo como madre que soy de hijos mayores a los que creo que todavía les hago falta, me imagino a este niño y a otros muchos como él, con cuatro o cinco años vagando solitos por las calles en busca de algo que comer, medio desnudos y descalzos...he llorado y casi he pataleado, no puedo soportar ver un niño sufrir, ellos no han hecho nada malo, quizá algún día lo hagan y luego lo lamentaremos.
Y su madre, cuanto sufriría hasta que lo encontró.
 ¿Y los sinvergüenzas de los granjeros? A un niño no se le pone en la calle, menos aún siendo tan chiquitín...
Mi admiración al excelentísimo señor Don Mario Capecchi, premio  Nobel. Y a su señora madre (si es que vive todavía) un beso de otra madre y de muchas madres...

lunes, 23 de enero de 2017

Hurto o robo?

A mi me da igual la palabreja, robo, sustracción o hurto, el caso es que yo lo considero un robo con todas las letras. Lo peor de todo es que él o la ladrona o ladrón, además de eso, son tontos, pues "pringarse" en una planta por muy bonita que sea o te guste, vuelvo a decirlo es...de tontos.

Hoy estoy muy "cabreada". Será quizá por aquello de que estoy convaleciente de un buen "catarrazo" y estoy muy sensible el caso es que me siento fatal (quizá sea un poco exagerado). Veréis...

Tengo en mi terraza muchas  plantas y muy bonitas, será porque las cuido mucho y ellas me lo agradecen. Además del riego las abono una vez al mes y  claro eso hace que estén, como ya digo, preciosas.
Una de ellas es una Esparraguera preciosa, la tengo ya muchos años, incluso he sacado esquejes para regalar, el caso es que llama la atención:
Vivo en un bajo, mis ventanas y la terraza dan al jardín de la comunidad y están a poco más o menos de una altura de dos metros del césped. Más de una vecina se ha parado a ver mis plantas. Un vecino un día me dijo que tenía la terraza que parecía un vergel. Pues bien. Aunque estoy un poco "pachucha" no he dejado de ver y regar mis plantas casi todos los días a pesar del frío.
 Me levanto esta mañana y cuando voy a la terraza...veo que mi linda esparraguera no está. Casi me pongo a llorar, no por lo que vale la planta, sino por la acción de una vecina que estoy casi segura que ha sido ella la "robona".
En este jardín solo podemos entrar los comunitarios con nuestra propia llave. La vecina sospechosa ya me había dicho varias veces: - Te voy a robar la esparraguera...yo lo tomé a guasa.

Bueno, como hoy me siento tierna y a pesar de que no se hacer poesía (pido perdón a todos los que la hacéis también), la pongo para que veáis mi estado de ánimo, va por mi esparraguera:

En la terraza estaba
encima de una mesita
mi esparraguera preciosa
frondosa, verde y bonita.
 
Como a todas las plantas
la he cuidado con esmero
pero ella estaba de adorno
como si fuera un florero.
 
Las vecinas la miraban
al pasar por el jardín
unas, con muy buenos ojos
alguna, con envidia y mal fin.
 
Todos los días al salir a la terraza
los buenos días les daba
a la esparraguera...
y a todas las plantas.
 
Al salir por la mañana
un día frío de Enero
vi que mi planta no estaba
en el sitio del florero.
 
Sentí pena por la falta
de mi linda esparraguera y,
también por la mano
que la robó desde fuera.
 
No siento odio hacia
 quien me la robó
solo un deseo...
que la cuide como yo.
 
Yo la regaba, la cuidaba,
la quería, la mimaba...
 
Mi esparraguera bonita
solo le pido al Señor
que donde quiera que estés
te cuiden con... AMOR.

No es que sea de premio pero casi me cuesta llorar mientras la escribo y recuerdo mi plantita.


martes, 17 de enero de 2017

San Anton

Hay un refrán que dice que "Hasta San Antón,Pascuas son" yo me he tomado este refrán al pie de la letra pero no ha sido sino por una fuerza mayor, pues los Señores Reyes Magos, en vez de traerme buenos regalos, me dejaron un enorme resfriado, mitad de gripe y un cuarto de bronquitis.
El día seis después de llegar a casa de misa, me tuve que meter en la cama. Mi cuerpo no era cuerpo, era...bueno, no se que era. Nunca me había sentido tan mal aunque no tenía fiebre, que parece que la fiebre lo pone todo peor. Me acosté y estuve 72 horas durmiendo.
 Después de todos estos días, hoy día de San Antón, me he podido levantar.
Ya casi estoy bien pero no salgo de casa para nada y hasta el día de hoy no había quitado el Belén. Por eso digo aquello de que hasta San Antón...pascuas son.
Me  ha dado pena quitar el Belén pero ya creo que era tiempo de hacerlo, claro que además de pena no tenía ni ganas de hacerlo pues ya se sabe la que se arma.
Lo primero es preparar la caja donde va todo metido. La he puesto encima de una mesa pues ya me cuesta trabajo colocar las cosas si está en el suelo. He guardado todo lo que vale en su sitio. Figuritas, corcho, musgo, luces, la fuente etc.,etc.
Pero resulta que me pasa como a aquellos relojeros malos, que les sobraban piezas, pues eso me ha pasado a mi.
Cada año me cuesta más meter todo en la caja, no se como me las arreglo pero me cuesta un triunfo organizar dicha caja, hoy por fin...la he cerrado.
Como me cansaba he tardado mucho en recoger todo, ya lo tengo dispuesto para cuando venga mi hijo que la suba al altillo hasta el año que viene si Dios quiere.
Ahora mientras me tomaba un te calentito sentada en mi mecedora, miro hacia donde estaba el Belén.
Veo el hueco oscuro y triste. Ya no está el Portal, ni el Castillo con Herodes incluido, ni las casitas con sus luces encendidas a través de las ventanitas, ni el ruido del chorro de agua de la fuente que está junto al lago donde hay una señora lavando y un niño nadando...Ya no había nada y la verdad...yo lo estaba echando de menos.
¡¡Esperemos al año próximo si Dios quiere!!

Cuando digo esta frase al despedirme  en la peluquería, siempre responde la peluquera...¡¡¡Claro que quiere!!!

Esperemos que así sea y todos sigamos siendo buenos amigos y hagamos todo el bien que podamos...

lunes, 2 de enero de 2017

Carta a los Reyes Magos

Queridos Reyes Magos.
Vamos a ver si este año leéis mi carta porque en años anteriores creo que no lo habéis hecho. Ya se que recibís muchas pero hacer el favor de leer la mía...bueno y las de todos.
Como ya os digo que creo que no habéis leído mi carta, por si acaso, os vuelvo a recordar las chucherías de nada que quiero:
 Ahora en Madrid está haciendo mucho frío, por lo tanto, ese abriguito de visón blanco que tanto me gusta me vendría muy bien. Por otra parte, si me lo dejáis en mis zapatos creo que voy a ser la envidia de todas mis vecinas cuando me vean ir al supermercado, con mi carrito de la compra y con ese maravilloso abrigo.
 Tampoco me vendría mal un gorro haciendo juego.
Otra cosa que siempre pido y nunca me llega es...un magnifico chalet en la sierra madrileña. Por eso, creo que lo voy a cambiar por uno aunque sea más pequeño, en la Costa Brava.
Si me traéis las escrituras del chale (porque una casa no cabe en mis zapatos), que no se os olvide un coche para poder desplazarme, con chofer uniformado, pues yo no se conducir. Eso sí, que sea un coche de esos grandotes donde pueda estirar bien las piernas pues el viaje desde aquí es largo...!Ah¡ Y que sea de color rojo si puede ser, sino, que sea blanco así me hace juego con el abriguito.
Como ya he cumplido los "18 años" (ahora que mi cuñada Pepi no me oye) y me canso y no tengo ganas de trabajar, mandáis una señorita de compañía, una cocinera y un guapo mayordomo, que aunque soy mayor tengo buen gusto.

Después de estas "chucherías"...sigo pidiendo:

Pido Paz, pido que se acaben esas guerras donde hay tantas personas sufriendo, especialmente los niños. Ellos no tienen culpa de nada.
Como a vosotros no os puedo engañar con la edad que tengo, ya sabéis que mi niñez fue dura, no por mi familia, porque tuve unos buenos padres, pero...era el ambiente. Había escasez de casi todo, nos calentábamos con un brasero de cisco picón en invierno y nos asábamos de calor en el verano y...eso que tuvimos suerte, la familia estaba unida y nuestros padres nos cuidaban como buenamente podían. ¡Ah, y lo mejor de todo era...que nos llevaban a la escuela. Esta era la obsesión de mi madre, que todos supiéramos leer. ¡Que poco pedía!

Siento mucho dolor cuando veo a través de la tv. a esos niños atravesando campos casi desiertos, huyendo de las balas que otros disparan. Caminando por Centro Europa, con el frío que hace y la nieve que hay...
Siento mucha pena cuando unos jóvenes van a divertirse a una discoteca y no vuelven a su casa porque los han matado a balazo limpio.
Pienso en esas madres ¡¡¡Cuánto lloraran!!!

Pienso en esas familias que van de paseo a un mercadillo navideño y vuelven la mitad a casa porque a los demás han sido atropellados por un camión conducido por un fanático.

Sigo pensando, pensando y llego a una conclusión:

Que pensando un poco.

Ya no quiero el chale, ni el abrigo de visón, ni el coche y mucho menos doncella, ni cocinera ni mayordomo. Seguiré con mi abrigo de peluche. Seguiré con mi carrito al supermercado, pero...por favor haced algo para que esos hombres de mala voluntad dejen de matar inocentes.
Muchas veces hemos criticado a Herodes pero los de ahora son peores, hacen más daño si cabe.

Mis queridos Reyes Magos, ya solo quiero... Paz, Paz, mucha Paz.