miércoles, 25 de febrero de 2015

"Terremoto" en Madrid

Por suerte en España no hay muchos terremotos por eso, cuando alguien estornuda un poco fuerte, nos lanzamos a la calle sin mirar hacia donde ni por donde corremos. Me refiero especialmente a los madrileños, pues, por desgracia, si suele temblar el suelo en la provincia de Granada y Murcia, en ningún otro sitio gracias a Dios.
En una ocasión que me encontraba en Granada, en el pueblo de Albolote para más señas, si que notamos un ligero temblor a eso de las seis de la mañana, nos despertó pero no llegó más lejos.
También en los años setenta tembló la tierra en Madrid, ese día, mejor dicho, esa madrugada, si me enteré bien pues, estando en la cama me dio la impresión de que daba vueltas la casa entera, gracias a Dios tampoco hubo que lamentar desgracias personales. Lo de ayer fue solo un pequeño susto para el que lo notó.
 Según me cuentan mis vecinos, en mi casa esto fue lo que ocurrió:
 Digo me cuentan porque yo ni me enteré:
Al escuchar el ruido y ver como se movían algunos enseres hicieron lo propio, salir corriendo.
Corrían por la escalera, pues les dijo el presidente de la comunidad que no se les ocurriera meterse en el ascensor, corrían por los descansillos, se empujaban unos con otros.
 Por fin, llegaron al portal, abrieron las dos puertas de par en par, no encontraban con que sujetarlas y uno de ellos, la atrancó con un zapato.
¡Ya por fin, estaban todos en la calle!
Se reunieron en el jardín.  Pero, se dieron cuenta, cuando hicieron el recuento, de que faltaba uno, o sea, yo.
A todos les daba un poco de miedo volver a entrar en las zonas comunes para avisarme. Una de mis vecinas que tiene la llave de mi casa sube corriendo a la suya, siempre acompañada por el presidente de la comunidad. Cogen la llave, bajan...a todo esto ya había pasado el conato de terremoto, pues fueron 30 segundos.
Ellos como buenos vecinos que son, decidieron entrar en mi casa. Mi vecina  con las llaves, el presidente con su esposa, el vecino de al lado con su hijo, creo que por si me tenían que sacar en brazos, pues este chico es un "tarzán", cuatro muchachos y...hasta la cotilla del 4º.
Por fin entran en mi casa, van caminando por el pasillo, llegan al cuarto de estar donde estoy yo tan ricamente tumbada en un sofá cama durmiendo la siesta, porque a la tierra le dio por temblar a las 5:30, hora taurina y hora de mi siesta.
Mis vecinos asombrados, pensaron que me había dado un "patatús" , yo que abro un ojo y me veo rodeada por tantos vecinos que no cabían en tan pequeño cuartito. Lo primero que hice fue taparme la cabeza, no sabía si estaba soñando...¿Estás bien? me pregunta una vecina. ¡Pues claro que estoy bien! ¿ Que hacéis dentro de mi casa?
Cuando me contaron lo que había sucedido sueña el teléfono, era mi hijo que se preocupaba por mi.
Al momento sueña otra vez, era uno de mis hermanos, asustadísimo, pues el vive en la zona Norte de Madrid y lo había sentido más.
Bueno, cuando los vecinos se cercioran de que estoy bien deciden salir otra vez a la calle para reunirse con sus familias. Los jóvenes salían riéndose por la que armaron sus padres y vecinos. Claro que yo se lo agradecí pues en caso de que hubiese sido algo importante no me encontraba desamparada.
Ya más tarde, mi hijo fue vecino por vecino dándole las gracias...
Y esto es lo que ocurrió ayer en mi barrio, lo que hoy estaban comentando en la peluquería, en la pollería y hasta en la farmacia.
Los muchachos de mi comunidad, que además son maravillosos, me han puesto el apelativo de...
Mientras dormías...

sábado, 21 de febrero de 2015

Testimonio

Víctor es un buen amigo y compañero de mi parroquia. Es catequista, cursillista y no se cuantas cosas más, además de ser Policía Nacional.
Más de una vez nos ha dejado embelesados con alguna plática y más de una vez, nos ha hecho llorar. Este testimonio me lo ha mandado por correo electrónico y yo lo cuento al pie de la letra, como si fuera él mismo:

En el año 1.974, simultaneaba mi trabajo en las oficinas de la Policía, con otro, llevando la seguridad del Banco Occidental, sito en Moratalaz, ( Madrid ). En la puerta de este Banco solía ponerse una persona ciega para vender sus cupones. Desde que llegué, tuve mucho interés en granjearme su amistad. Rápidamente pude observar como este ciego, que se llamaba Luis, sentía un gran rechazo a mi persona , al tener conocimiento de que yo era policía.
 En ocasiones, cuando intentaba entrar en el interior del Banco y yo le ayudaba para hacerlo inmediatamente me rechazaba. Cuando él se preguntaba cual era el número de un determinado cupón y yo se lo decía, rápidamente me daba la espalda. Mantuvo esta actitud varios meses.
 Un día se me ocurrió hacerle una "jugada" policial. Decidí no darle los buenos días a pesar de que nunca era correspondido. Estuve toda la mañana sin decirle nada. En un momento determinado vi como se dirigía a un empleado del banco y le preguntó si el policía esa mañana no había ido a trabajar, que si le pasaba algo. Sentí en ese momento una gran alegría pues deduje que se interesaba por mí y que la "jugada" que yo le había hecho estaba dando sus frutos, o sea, que me estaba echando de menos, máxime, cuando en esa mañana habían sido asesinados cinco Policías Nacionales que se encontraban haciendo servicio en distintos Bancos de Madrid.
No podía entender lo que le sucedía a Luis, pero no me daba por vencido. No pasados muchos días, pude conseguir que el bueno de Luis me devolviera los buenos días. Pude conseguir que me aceptara tomar un café juntos. Pude conseguir que, cuando preguntaba el numero del cupón yo se lo decía. Poco a poco nos fuimos haciendo amigos y, llegó el día que me comento de donde le venía su aversión hacia la Policía.
 Me comentó que en su juventud había sido maltratado por unos Agentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado, Luis podría tener unos 50 años. Cada día me contaba cosas de su vida. Era increíble el cambio que había experimentado.
Pasado un tiempo me trasladaron a Barcelona y perdí el contacto con Luis. En uno de mis viajes a Madrid, fui a ver a mi amigo Luis que seguía vendiendo cupones en la puerta del Banco, cual sería mi sorpresa cuando al cogerle de la mano y sin decirle nada, inmediatamente exclamó ¡¡¡Víctor, amigo!!! Y nos fundimos en un gran abrazo. ¡Que distinto era ese momento a aquellos en los que no quería saber nada de mi.
Cuando volví destinado otra vez  Madrid y al mismo Banco, todos los días terminábamos a la misma hora y como íbamos en la misma dirección, Luis me cogía del brazo y caminábamos, ya no le importaba el uniforme policial.
Doy gracias a Dios por haberse valido de mí para que mi amigo Luis descubriera que los policías no somos bichos raros. Que somos personas normarles que estamos al servicio de la Sociedad.
¿Porque os comparto este testimonio? Lo hago con la intención de haceros ver como en nuestros ambientes hay mucho "ciegos".

El testimonio lo he acortado un poco, porque mi amigo Víctor es un gran orador, otro día contaré algunas de las cosas que nos transmite hablando y otras nos las manda por correo.
Que todos paséis un buen fin de semana.

martes, 17 de febrero de 2015

Con buen humor

Hoy me propongo hacer reír a todos los que me lean. No es que este la cosa para reír mucho, pero nosotros no tenemos la culpa de todo lo malo que ocurre en el mundo, Por ese motivo, quiero que sonriáis un poco...

Confesión:
El condenado a muerte espera la hora de la ejecución cuando llega el sacerdote:
-Hijo, traigo la palabra de Dios para ti.
-Pierde el tiempo padre. Dentro de poco voy a hablar con Él personalmente, ¿Algún encargo?

Velatorio:
Un hombre acaba de morir. El cura en la ceremonia se extiende en elogios:
-El difunto era un buen cristiano, un padre ejemplar, un buen esposo...
 La viuda se vuelve hacia uno de sus hijos y le dice al oído:
-Anda a la urna y mira si es tu padre el que está dentro.

Cura político:
Un burro se muere frente a una iglesia. Una semana después el cuerpo seguía allí, el padre decidió llamar al jefe de la policía:
-Señor policía tengo un burro muerto hace una semana frente a la iglesia-
el policía gran adversario político del cura contesta:
-Pero padre, ¿No es el Señor quien tiene la obligación de cuidar de los muertos?
-¡Así es! Pero también es mi obligación avisar a los parientes...

Aniversario:
Un matrimonio cumple 25 años de casados y la esposa pregunta al marido:
-Mi amor, ¿Qué me vas a regalar para nuestras bodas de plata? El tipo responde:
-Un viaje a China.
La mujer sorprendida por la magnitud del regalo pregunta:
Pero mi amor, si para los 25 años me regalas esto...¿Qué vas a hacer cuando cumplamos los 50?
-Te voy a ir a buscar.

Maripuri:
-Maripuri...¡que felices éramos hace diez años!...
-Pero si no nos conocíamos.
-¡Por eso mismo Maripuri...por eso...

Lógica:
Un niño fue golpeado por la vecina y la madre furiosa fue a pedirle explicaciones:
-¿Por qué le pegó a mi hijo?
-Por maleducado, me llamó gorda.
-Y cree que pegándole va a adelgazar.

Espero haberos sacado una sonrisa y comienzo a buscar mas cosas graciosas que ya hay bastantes cosas malas en el mundo.
Espero que todos paséis una buena semana.

viernes, 13 de febrero de 2015

El hombre de los globos

Hacía días que había llegado a la feria del pueblo un vendedor de globos que siempre tenía clientes alrededor, porque sabía cómo atraer su atención.
Un niño negro, que se pasaba las horas muertas delante de él, vio como soltaba un globo rojo que todos los presentes contemplaron mientras ascendía lentamente y se perdía por detrás del campanario de la iglesia.
Aprovechando la expectación que se había creado, fue soltando, uno tras otro. Un globo azul, después uno verde, más tarde uno amarillo y uno lila, otro blanco...
Todos remontaron el vuelo como había hecho el rojo y, empujados por una suave corriente de aire, se hicieron cada vez más y más pequeños, arrastrando tras de sí la mirada ilusionada de grandes y pequeños.
Mientras los demás miraban al cielo, el niño negro no perdía de vista un globo negro que el vendedor aún sujetaba en su mano.
Tras armarse de valor, se acercó y le preguntó:
-Señor, si soltara el globo negro, ¿ subiría tan alto como los demás ?
Entonces, el vendedor, entendiendo lo que en realidad quería preguntarle el niño, soltó el globo y le respondió:
- No es el color lo que le hace subir, hijo. Es lo que hay dentro. Porque, a pesar de las diferencias externas, por dentro todos somos iguales.

Muy sabio este "vendedor de globos"

Buen fin de semana a todos los que paséis por aquí...bueno y también para los que no pasen. Todos tenemos derecho a ser felices.

lunes, 9 de febrero de 2015

Zafarrancho en la bañera

No solamente hay zafarrancho en las batallas marinas, no, también lo puede haber en cualquier sitio y, esta vez ha sido en mi cuarto de baño, protagonistas: mi bañera y yo. El director de la batalla ha sido mi hijo...
Llevaba tiempo diciéndome que había que poner un agarrador en mi cuarto de baño para evitar caídas. Bien. Claro que un día por otro, como se suele decir, la casa sin barrer, en este caso...agarrador sin instalar.
Hemos mirado cual era el más adecuado, el más bonito y el más barato. Mi hijo me dice que soy una rácana, y tiene razón.
Por fin me decido. He ido a una casa donde tienen toda clase de artilugios habidos y por haber y al final he comprado uno. Es muy simple...algo donde poderme agarrar para salir cómodamente de la bañera.
Una vez en casa, me dice mi hijo:
-No te has gastado mucho ¿verdad?
Lo dice con rintintín pues la agarradera es, simple, simple, simple. Yo le digo que para agarrarse vale, me mira y se ríe.
Aprovechamos el fin de semana para instalarla. Lo hacemos el sábado. Menos mal que fue por la tarde que, como dice mi vecina Ana, ya lo teníamos todo hecho.
Saca mi hijo las herramientas, con ellas ya casi está el cuarto de baño lleno, me llama para preguntarme donde la pone:
-¿Donde quieres que la ponga?
Yo le digo, aquí. el dice que no le parece bien, que un poco a la derecha, yo le digo que a la izquierda. Señala con un lápiz y dice:
-Aquí no me parece bien.
-Entonces ¿porque me pides opinión?
Estamos en un tira y afloja: que si a la derecha, que si a la izquierda, que un poco al centro, ahí no se puede por si va alguna tubería...Entonces se le enciende una luz en el cerebro a mi niño y me dice:
-Lo mejor es que te metas en la bañera, te sientas y desde esa pòpsición me dices donde empiezo "la obra".
Le hago caso, me meto, me siento, cojo la agarradera, la coloco en el sitio que yo creo adecuado, señala con el lápiz: Una vez hecho, me dice.
-Ya puedes salir.
¡JA!
Digo ¡Ja! por no decir otra cosa peor. Pues lo que ocurre es que ¡¡No puedo salir!!
No puedo salir porque es muy difícil levantarme. La bañera es grande y yo estoy como metida en un pozo, un poco exagerado.
Mi hijo se cree que estoy haciendo tonterías, pero no es cierto, no puedo levantarme. ´El intenta ayudarme pero con una madre que pesa 70 kilos a la sombra, y en la posición que estamos los dos, no hay manera.
Me agarraba de los brazos, no podía. Me decía que le echara los brazo a su cuello...nos daba la risa. NI él podía ni yo tampoco. Me pregunta que como salgo cuando me baño y le digo que estando la bañera llena no hay ningún problema. No me deja ni hablar y me dice:
-Entonces vamos a llenarla y así podrás salir. Pensado y echo. Pone el tapón, me dice que me quite la ropa que pueda y...a esperar...
Me quité las zapatillas, lo demás salió mojado lo mismo que yo cuando pude salir.
No os podéis hacer una idea lo desagradable que es bañarse vestido.
Al final, me puso la agarradera y ya la he estrenado, ha quedado muy bien y noto una gran seguridad.
Al final lo pasamos bien, hemos estado todo el fin de semana comentando la odisea.

viernes, 6 de febrero de 2015

La parábola del amor

¡Conseguiré moldearte!, le decía el hacha a un pedazo de hierro mientas descargaba con toda su fuerza sobre él.
Pero cada golpe que le daba, era ella la que iba haciéndose muescas en el filo, que pronto quedó totalmente inservible. Ya me encargaré yo de ese trabajo!, aseguró el serrucho mientras hincaba sus dientes en el trozo de metal, con el mismo resultado que la anterior herramienta.
Burlándose de sus anteriores compañeros, que habían fracasado en el intento, el martillo les dijo:
-Apartaos de en medio, esto es un trabajo serio para gente preparada como yo. Pero solo hicieron falta unos golpes para que el mango del martillo se rompiese por la mitad y la cabeza saliera volando.
En medio de semejante desconcierto, apareció una pequeña llama y les interrumpió:
¿Me dejan intentarlo a mi?
Las tres herramientas la miraron con incredulidad y soltaron una gran carcajada, pero ella no se dejó impresionar y cubrió con su cuerpecito el trozo de hierro. Lo abrazó hasta lograr moldearlo.
Del mismo modo, hay corazones duros capaces de resistir hachazos de ira, dientes de rabia y golpes de rechazo, pero por más "acorazada" que esté una persona, no podrá resistir la fuerza y el calor del amor, que todo lo puede.

Ahora, como tenemos que estar contentos el fin semana, y, como hemos hablado de amor, os voy a contar lo que le ha ocurrido a mi vecino...( ¿ ) y a su mujer. La cosa es un poco picante pero...
Estaban los dos desnudos en la cama, en esto que suena el timbre de la puerta y dice la esposa:
-¡Mi marido!
El hombre salta por la ventana desnudo, ( pero menos mal que le había dado tiempo a coger su ropa).
Al saltar tuvo la mala fortuna de caer en un parterre lleno de espinas, se le clavaron por todo el cuerpo, cara, manos, pecho, espalda y...
Iba corriendo, pero de pronto se da cuenta que era su casa y vuelve, además de destrozado con un cabreo de padre y muy señor mío.
Sube escaleras arriba hacia el segundo piso, pues no se atreve a esperar al ascensor que bajaba por si le ve algún vecino, llama y...cuando le abre su esposa le dice muy airado:
-¡Tu marido soy yo!
Ella le contesta:
-¿Y tú, porque has salido corriendo?

Amigos, creo que mis vecinos tienen experiencia, uno en correr y la otra...

Espero que nadie se ofenda y buen fin de semana a todos

martes, 3 de febrero de 2015

El tesoro mas preciado

Desde siempre nos han enseñado que "El tiempo es oro", quizá no lo hayamos sabido apreciar, pero si lo analizamos un poco, vemos que no hay nada mejor que el tiempo. Tener tiempo libre nos hace mas hacendosos, inventivos, recreativos, e incluso...cotillos. No hay nada que menospreciar, pues todo vale.
Hoy he recordado algo que me ha parecido muy bonito, además de romántico...yo soy muy romántica.

Erase una vez un rey muy apuesto y ejemplar en su comportamiento que muchas cortesanas del lugar querían conquistar, pero él sólo las veía como seres ambiciosos y frívolos.
Un día, anunció que había llegado el momento de escoger a su consorte y que la le trajese el tesoro más valioso se convertiría en su esposa y reina de todos sus súbditos.
Los salones de palacio empezaron a llenarse de ricos objetos de oro y plata, enormes piedras preciosas engarzadas en joyas incomparables, finas porcelanas jamás vistas...
Ninguno de esos presentes llamaron la atención del monarca, pero, de pronto, llegó ante él una humilde muchacha con las manos vacías.
-Mi señor, no dispongo de riquezas, lo único que puedo ofreceros es mi tiempo. Tiempo para amaros, para escucharos y respetaros. Tiempo para estar junto a vos en los buenos momentos y en los malos, dijo la joven.
Estas palabras conmovieron tanto al rey, que decidió casarse con la muchacha. Y para anunciarlo, dijo:
-Todas las damas que se presentaron ante mi intentaron deslumbrarme con bienes materiales que el dinero puede comprar. Pero solo esta joven supo ofrecerme el bien más simple y preciado: su propio tiempo.
Por eso, no lo dudemos ni un instante y regalemos nuestro tiempo a quienes más queremos.

Por supuesto que el rey y la joven inteligente se casaron. Yo fui invitada a la boda, pero no tenía que ponerme, como siempre, y me perdí tan extraordinario acontecimiento. Eso sí, les desee que fueran muy felices y...creo, vamos, estoy segura que lo fueron...