viernes, 29 de agosto de 2014

¡¡AGUA!!

Todos, por lo menos en España y particularmente en la zona centro sabemos que llueve poco, siempre nos están aconsejando que ahorremos agua. Muchos son conscientes de ello y cumplen, otros la desperdician.
Con mucha gracia (aunque a mi no me hacía ninguna), contaba una de mis vecinas que sus hijas se pasan más de una hora en la ducha. Encima le ríen lo que ellas creen que es una "gracieta". Como ya digo antes, a mi no me causa risa, al contrario me da pena que se derroche un bien que es de todos. Dedicado a todos los derrochadores, va esta fábula, cuento o lo que queráis llamarlo.

EL NIÑO QUE HABLÓ CON LOS PECES
Lucas era un niño al que le gustaba jugar con el agua. Mejor dicho: le gustaba desperdiciarla. Cada día se olvidaba de cerrar los grifos, se pasaba mucho rato en la ducha, lanzaba a la calle globos llenos de agua...El Ada Agua se percató de todo esto y decidió convertir a Lucas en pez mientras dormía y dejarlo en un lago, cerca de su casa.
Cuando el niño se despertó, le invadió un miedo enorme. ¡Estaba rodeado de agua! Delante suyo vio un banco de peces que discutían acerca de su nivel. Lucas se acercó a ellos. Los peces le miraron con expresión de profundo enfado porque sabían que era el responsable de que el lago estuviera quedándose sin agua.
Entre todos lo llevaron hasta un lugar en el que sólo quedaban unos centímetros  le hicieron ver que allí ya no podía vivir ningún pez, y que, de seguir así, pronto, la situación de todo el lago sería igual.
Lucas comprendió que lo que hacía en su casa repercutía en la vida de los peces, y que muchas de nuestras acciones tienen consecuencias en el medio ambiente, algo que nunca había pensado.
Entonces, rogó volver a ser humano y prometió que cuidaría el agua como un bien precioso y escaso.
El Hada le hizo regresar y Lucas creó un grupo para proteger el lago y concienciar a la gente de la importancia de este líquido elemento.

No se si mis vecinitas, las que tanto tardan en ducharse leerán esto, se que muchos de mis vecinos me leen.
Espero que se den por aludidos y pongan algún remedio.
Si veo que la factura del agua no baja, ya que la pagamos en comunidad, entonces haré unas octavillas, les escribiré mi cuento y se la echaré en los buzones. a ver si consigo algo...
Buen fin de semana a todos, especialmente a los que cuidan del agua, del campo, de los árboles, etc. etc. etc.

lunes, 25 de agosto de 2014

Unos días en Alcalá

En estos días se celebran las fiestas de Alcalá de Henares. Como estamos muy cerca, uno de mis vecinos que somos como hermanos, decide que nos vamos a Alcalá a ver los fuegos artificiales. Nos preparamos y se unen a nosotros...sus hijos, sus esposas, como es lógico sus nietos, mi hijo y yo. ¡Ya estaba el completo. No queda aquí la cosa, pues cuando llegamos al pueblo nos juntamos con una tía de mi vecino que no solamente se une a nosotros, sino que nos ofrece su casa para que nos quedemos a dormir y a la mañana siguiente irnos todos al río.
Los fuegos artificiales fueron muy bonitos, después tuvimos que llevar a los niños a la feria, claro que a nosotros también nos agradaba...¡fuimos todos de verbena!.
Ya cerca de la madrugada nos marchamos a casa de la tía de mi vecino...¡¡Que casa!! Eso era un caserón, no me extraña que nos invitara a pasar la noche a tanta gente, en mi casa no habríamos cabido ni la mitad.
Hubo camas para todos, habitaciones de sobra y risas no faltaron. Nos levantamos por la mañana oliendo unos exquisitos huevos fritos y café, todo recién hecho. ¡¡No me pude resistir!!
Mi hijo no me quitaba ojo de encima, pensando si me haría daño tan "sencillo desayuno".
Ya bien entrada la mañana y todos dispuestos emprendimos la marcha hacia el río Torote.
Este río está muy cerca de Alcalá de Henares, en el termino municipal de Daganzo. Dicho río que tiene un nombre como muy fuerte, lleva un caudal de agua que no cubre ni el tobillo. En las márgenes de tan "caudaloso" río, nos asentamos.
Los niños, que hoy gracias a Dios casi todos saben nadar, nos miraban como preguntando si ahí nos íbamos a bañar...
Nadar no nadaron pero se divirtieron mucho, mejor dicho, nos divertimos todos.
Para el almuerzo decidieron hacer una paella, pues la tía de mi vecino decidió llevar todos los ingredientes que sacó de un congelador que tenía bajo el porche en un patio, (tenía alimentos para un año)
Los hombres hicieron un fuego a la orilla del río y todos colaboraron para hacer la paella...yo me escabullí, me fui con los niños a "bañarnos".
Claro que a la hora de la comida, que ya eran casi las cuatro de la tarde, los niños y yo fuimos los primeros en presentarnos junto a la paella, que por cierto, estaba buenísima.
Habían puesto una sandía en el río para que estuviese fresquita. Cuando fueron a cogerla...¡No estaba!
Alguien con mucha ironía dijo que se la habría llevado la corriente, el caso es que los niños se divirtieron mucho buscándola. La encontraron entre unas zarzas, pero lo que no supieron los críos, es que mi vecino la había escondido con el fin de que tuviéramos un poco de diversión.
La verdad es que lo hemos pasado muy bien, ayer domingo tuvimos que regresar, pues algunos tenían que trabajar el lunes.
Yo esta mañana que no podía con mi cuerpo, pero después de una buena siesta...ya estoy recuperada. A ver si tenemos pronto otra excursión parecida...

lunes, 18 de agosto de 2014

La venta del alma

Antes de la llegada de los modernos medios de transporte todas las vías de comunicación en Castilla, estaban jalonadas de ventas: típicos establecimientos que ofertaban comida y alojamiento a los viajeros. En la ciudad de Toledo existieron bastantes ventas en los caminos. La que hoy nos ocupa era una venta llamada "Venta del Alma". Parece que ya en el siglo XVII se dedicaba a dar servicio a los caminantes.
Eran muchos los caminantes que paraban en esta venta. Y no era seguramente por el buen vino que se despachaba ni las comodidades del buen Gaspar, era su hija, la hermosa Laura; que con su mirada de fuego y su eterna sonrisa atraía a su puerta, desde el orgullosos señor que detenía su caballo para saludarla, llevando un mundo de lascivos deseos, hasta el humilde traficante que ataba a la reja su jaca y pasaba horas sentado mirándola con la tristeza del que sueña con lo imposible.
Muchos de los clientes llegaron a confesarle lo que sentían; pero la hija del ventero se reía lo mismo del escudero que la requebraba, que del caballero que la ofrecía su porvenir y su fortuna.
Siempre alegre, ni aún sus mismos padres habían visto una lágrima en sus ojos. Se levantaba con la aurora cantando como los pájaros y solo cesaba de cantar cuando el cansancio cerraba sus párpados.
Un día, Laura se levantó más tarde que de ordinario; apenas quiso probar nada del almuerzo y ni una sola canción se le oyó durante la mañana. Cuando su padre le preguntó que le pasaba, ella hizo un esfuerzo para sonreírle, le echó las manos al cuello y le dio un beso y echó a correr hacia su cuarto dejando escapar sus primeras lágrimas.
Aquella noche, cualquiera que hubiera pasado por el camino, habría visto en la ventana una blanca figura con la mirada fija en el horizonte: era Laura que comenzaba a comprender demasiado tarde la amargura de la vida y sufría las consecuencias de su buena fe.
Pasó algún tiempo y la murmuración fue haciendo presa en la familia. entre algunos caminantes solían oírse diálogos como estos:
-¿Qué te parece, Jaime, será verdad lo que dicen?
-Hombre yo no sé, pero a Laura le pasa algo. ella ha ido perdiendo poco a poco el color de las mejillas, ya no se la oye cantar y cuando le decimos algún piropo, calla y sonríe de un modo que parte el corazón al mirarla. ¿Crees que está enamorada?
-¿Tu no te acuerdas de un muchacho, alto, que hace dos o tres meses venía todas las tardes al ponerse el sol y que pasaba como criado de los condes de Gama? Yo no se por qué, pero nunca he creído que lo fuese; siempre que le observaba se cubría la cara con la capa y creo que no era hijo del pueblo.
-Una tarde, yo estaba arreglando el aparejo de la mula, sentado en el poyo de la venta con un jarro de vino y Laura de pie, apoyada contra el marco de la puerta ella estaba mirándole, tenía sus ojos tal expresión que yo sentí el amor, el murmuró algo que yo no pude entender pero que dejaba adivinar el desdén, ella volvió a inclinar la cabeza hacia el suelo conteniendo una lágrima. Desde ese día, él no ha vuelto a aquella casa ni el color a las mejillas de Laura.
-Pobre muchacha.
Laura, fiada en la promesa de Martín, había esperado en vano, pero los meses iban pasando y las consecuencias se iban haciendo visibles y su amado padre moriría de vergüenza.
Mandó a un criado de confianza en busca de Marín, pero este le dijo que la había engañado ya que nadie sabía donde vivía ni nadie le conocía.
A la mañana siguiente, asustados por su tardanza, llamaron a su cuarto, estaba muerta.
Aquel mismo día, cuando el cadáver de Laura salió al camino entre la multitud que lloraba su muerte, las puertas de la venta se cerraron para siempre. El ventero triste y cabizbajo no volvió a aparecer por allí.
Algunos días después, un ermitaño que volvía a su casa, al pasar  cerca de la venta, le pareció que desde la ventana oyó a una mujer cantar , puso atención y pudo oír los dos últimos versos que decían:
El me prometió venir
Y cumplirá su promesa.
El ermitaño reconoció la voz de Laura y asustado corrió hasta que desfallecido llegó a su casa.
La Venta del Alma, como siguió llamándose desde aquel día, fue durante mucho tiempo el terror de la comarca.
Pasó un año; ya la gente había empezado a olvidar a Laura, cuando una noche los dueños de otra venta cercana. sintieron el galopar de un caballo: lo avanzado de la hora y el temor que tenían los toledanos, hizo que se asomasen a la ventana, pero cuando lo hicieron caballo y caballero se perdían en un recodo del camino.
A la mañana siguiente la población se levantó horrorizada: a la puerta de la Venta del Alma había un cadáver. Los que antes le habían visto no pudieron por menos que reconocerlo; era Martín.
Ni una sola herida tenía en el cuerpo, ni había señales de estrangulación. Los hombres de ciencia dijeron que había muerto de no se que cosa que ellos solo sabían entenderlo, pero lo más extraño era que, la muerte de Martín había sido producida dos o tres días antes en encontrarse el cadáver.
¿Quién lo trajo allí? nunca ha podido saberse. Unos decían que el padre de Laura había vengado la deshonra de su hija, otros suponían que el caballero había vuelto. Lo único que había de cierto era el cadáver a la puerta de venta y que el alma de Laura ya no volvió a aparecer por sus alrededores.
Martín prometió volver y cumplió su promesa.

martes, 12 de agosto de 2014

Los ciegos y el elefante

Seis ciegos del Indostán fueron convocados para mostrarles, por primera vez en sus vidas, lo que era un elefante.
El primero de ellos se recostó sobre el ancho costado del animal y dijo:
-El elefante es muy parecido a una pared.
El segundo, agarrando uno de los colmillos, exclamó:
-¡Caramba!. ¿Qué será esto tan grande, redondo y afilado? A mi me recuerda una lanza...
El tercero de estos curiosos hombres agarró con ambas manos la trompa del paquidermo y exclamó, sin asustarse:
-Un elefante es igual que una serpiente.
-El cuarto de los invidentes alargó la mano hasta la rodilla del animal y se topó con la robusta y arrugada rodilla:
-Yo lo tengo muy claro. Un elefante es lo más parecido del mundo a un árbol, aseguró.
El quinto de los hombres allí convocados tocó casualmente una de las enormes orejas y comentó:
-No se que pensarán los demás, pero a mí este animal me recuerda a un abanico gigante.
El sexto de los ciegos asió la cola y afirmó:
El elefante es un animal muy parecido a una cuerda.
Así, convencidos de encontrarse ante seres muy diferentes, los ciegos discutieron sin llegar a ponerse de acuerdo.
Lo mismo nos pasa cuando conocemos parcialmente la realidad, todos podemos tener parte de razón y, a la vez, estar equivocados.
A mi me recuerdan estos señores ciegos, a muchos de los políticos del mundo,(sálvese el que pueda).
Cada uno ve lo que quiere ver y ninguno da su brazo a torcer.

viernes, 8 de agosto de 2014

Sábado caluroso

Prometo y cumplo.
Prometí dar un poco de alegría a lo que queda del mes de agosto, que dicho sea de paso hace un valor insoportable. Por lo tanto es mejor sonreír pues parece que no está el cuerpo para cosas más trascendentes, por lo tanto vamos a sonreír un poco y si es metiéndonos con alguien, mejor que mejor. En este caso nos vamos a divertir un poco con los médicos. Si ya se que son unas personas extraordinarias, pero también los hay muy graciosos.
Dedicado a médicos y pacientes...
Nº1
En la consulta dice el doctor:
-Me temo que tiene usted la enfermedad de Tuner.
-¿Y eso es grave doctor?
-Todavía no lo sabemos señor Tuner
nº2
-Desnúdese.
-Pero doctor, es que me da vergüenza.
-Tranquila, apagaré la luz.
Está bien...¿Y donde pongo la ropa doctor?
-Aquí, junto a la mía.
nº3
Doctor, es que no me decido a operarme.
-¿Por que?
-Es que es una operación carísima.
-Y a usted qué más le da, ¡¡si la van a pagar sus herederos!!
nº4
-Doctor, no puedo dormir. Si me echo del lado izquierdo se me sube el hígado, y si me echo del lado derecho se me sube el riñón.
-Pues acuéstese boca arriba.
-Entonces se me sube mi marido.
nº5
-Doctor, mi marido ya no es lo que era. ¿Puede usted hacer algo para dejármelo como un toro?
-Por supuesto, desnúdese y empezaremos por los cuernos.
nº6
-Lo siento, le queda muy poco de vida, tendrá usted que dejar el alcohol, el tabaco y el sexo.
.¿Y así viviré más doctor?
-No, pero se le harán los días más largos.
nº7
-Doctor, ? que puedo hacer para que este año mi mujer no se quede embarazada en vacaciones?
-Llévesela con usted.
nº8
En un chequeo médico de empresa:
-Desnúdese señorita.
-¿Otra vez? Si otro colega suyo me ha reconocido hace cinco minutos y me ha dicho que estoy estupenda.
.A mí también me lo ha dicho, por so quiero comprobarlo.

Bueno espero que no se sienta ofendido ningún médico, pues aunque protestamos mucho...las consultas siempre están llenas.
También algunas señoras somos un poco...lo digo por esto:

Dos mujeres se encuentran por la calle:
¿Qué te pasa que estás tan seria?
-Pues que he mandado a mi marido a comprar patatas para hacer la comida y le ha atropellado un camión. Ha muerto.
¿Y que vas a hacer ahora?
-Pues no se...macarrones.

Ahora, este pobre hombre.
Se encuentra con una vecina en el rellano de la escalera y dice:
-Mi mujer está tonta, me ha dejado una nota en el frigorífico que pone: "Me voy de casa porque esto no funciona" Y llevo dos horas mirándolo por todos sitios, y esto enfría de maravilla.

Espero no haber herido la sensibilidad de nadie, solo pretendo que sonríanos un poco.
Feliz fin de semana a todos, a los que pasáis calor y a los que estáis fresquitos como es el caso de Argentina.


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lunes, 4 de agosto de 2014

Fiesta en el pueblo

Todos sabéis que en este mes de agosto hay fiestas en casi todos los pueblos de España. Da lo mismo si están lejos o cerca de las capitales, sea como sea, el caso es que somos unos "paletos", lo digo sin animo de ofender, me encanta ver estas fiestas.
El pueblo en el que yo he estado este fin de semana está a 15 kilómetros de Madrid, capital de España, pues bien, son más paletos que quizá los que viven en el monte cuidando del ganado. Pero son graciosos como ellos solos.
Empiezan por la mañana con pasacalles para divertir a los niños, les ponen una cucaña que tiran a base de porrazos, pero lo mejor de todo y que no falta es..."la corrida de toros".
Por supuesto que no hay plaza de toros, pues el pueblo es una pedanía de Paracuellos del Jarama y tiene menos de 200 habitantes, pero ellos se las arreglan y construyen una.
No se les ocurre mejor cosa que hacerla en el patio de la escuela. Sacan troncos de no se donde y hacen un circulo...con un árbol en el centro. Lo que no se, ni se me ha ocurrido preguntar, es como meten la vaquilla.
Los vecinos y los que vamos invitados entramos: primero a la escuela, recorremos dos o tres aulas y por fin salimos por una puerta pequeñísima a "la flamante plaza de...toros".
Por supuesto que no hay donde sentarse, todos estamos alrededor de la "plaza" subidos a los troncos, dando gritos y riéndonos a mandíbula batiente.
Los "valientes toreros" caen se levantan, algunos valentones vuelve a citar a la vaca y, esta que sabe más que la han enseñado, los vuelve a voltear, con el regocijo de todos los presentes.
En más de una ocasión la vaquilla va hacia  el público que está protegido tras los troncos. Pues bien, en una de esas ocasiones metió la cabeza entre dos palos, yo estaba muy cerca, pero no me paré a ver que pasaba y como soy una escandalosa, según corría hacia la salida de las escuelas, iba gritando de tal manera, que los que trataban de entrar a ver tan famosa "corrida de toros"...corrían más que yo sin preguntar lo que pasaba.
Cuando por fin logré llegar a la calle, vi con asombro que más de 100 vecinos que no habían entrado todavía, corrían desesperados calle principal arriba, a todo esto, sin saber ni preguntar que es lo que pasaba, claro que yo seguía gritando a todo pulmón.
Había unos 50 metros a la plaza del pueblo donde hay un bar en el cual se habían refugiado los que pudieron llegar.
Yo muy calladita en ese momento me di la vuelta, y al entrar otra vez en la "magnifica plaza de toros", veo a mi hijo y unos amigos que no paraban de reír. También reían todos los que me habían visto salir corriendo gritando.
No me importó pues les hice pasar un buen rato, los que no me lo perdonaron fueron los que corrían calle arriba asustados...claro que se les pasó pronto, justo el tiempo que tardaron en matar a la vaca y guisarla.
Varios hombres hicieron en el centro de la plaza del pueblo una hoguera, varias mujeres la cocinaron estofada, estaba buenísima.
Ya bien entrada la noche, mi hijo y yo íbamos con dirección a Madrid capital, de vez en cuando nos reíamos de las cosas que me contaba, que habían dicho, cuando me vieron correr. Una de las cosas que decían era..."Eso que es mayor, pero mira como corre". "Luego dirá que le duelen las piernas" y muchas cosas más...
Pero no me importa, conozco a todos y...todos me conocen.
Lo dicho, les hice pasar un buen rato...El año que bien más....

viernes, 1 de agosto de 2014

Sonriamos el fin de semana

Hace mucho que no nos reímos, pues no está el horno para bollos. Nosotros los españoles parece que vamos saliendo poco a poco, ahora los argentinos también tienen algún problemilla y no digamos como están judíos y musulmanes.
¡¡Como están dejando las ciudades!!  ¡¡Como lloran sus niños!!
Vemos en los telediarios todo lleno de escombros. es como si hubiésemos hecho castillos de arena en la playa y luego los pisoteamos, pero en fin, que sea lo que Dios y Alá quieran.
Vamos a sonreír un poquito con estos chistes, pues el último parece que lo han hecho a propósito de como están las cosas por Oriente.
 
 
TREN
 
Tres gallegos llegan a la estación de trenes cuando ya está partiendo el último tren del día, de Madrid hacia La Coruña. Comienzan a correr porque el tren ya está en marcha. El primero puede subir con ayuda del guarda, el segundo con mucho esfuerzo logra trepar, pero el tercero no puede alcanzarlos y queda en el andén.
Una persona ve esto y le dice al último:
-Bueno, buen promedio, de tres subieron dos
Pero el gallego que quedó de a pié le aclara:
- Sí, puede ser... pero el que tenía que viajar era yo. Ellos vinieron a despedirme
 
 
MUERTE DIGNA
 
Un maestro pregunta a sus alumnos:
- ¿Cómo sería para ustedes una muerte bella?
A lo que una pequeña en el fondo de la clase responde:
- Sería morir como mi abuelo
- ¿Y cómo murió tu abuelo?
La pequeña le responde:
- Se durmió.
Entonces el maestro les pregunta:
- ¿Y cómo sería para ustedes una muerte atroz?
- Sería morir como los amigos de mi abuelo.
El maestro intrigado le pregunta entonces a la muchachita:
- ¿Y cómo murieron?
- Ellos iban en el coche de mi abuelo cuando se durmió
 
 
CONFUSION
 
LLegó el último día de clases y los alumnos le llevaron regalos a la maestra. El hijo del florista le entregó un ramo de flores, y la hija del confitero, una hermosa caja de bombones.
En eso, el hijo del dueño de la bodega se acercó cargando una caja grande y pesada.
Al recibirla, la maestra se dio cuenta que algo escurría por la base. Con el dedo recogió una gota del líquido y la probó.
- ¿Es vino? -dijo tratando de adivinar.
- No, respondió el chico.
La maestra probó otra gota y preguntó:
- ¿Champaña?
- No.
- Me rindo. ¿Qué es?
- ¡Un perrito!
 
 
MURO DE LOS LAMENTOS
 
Una reportera de CNN escuchó hablar de un anciano judío que había estado yendo a orar al Muro de los Lamentos durante muchos años, todos los días, sin faltar ninguno. Así que fue para allí a comprobarlo, identificando al hombre fácilmente mientras se acercaba al Muro.
Lo observó mientras oraba. Después de 45 minutos y cuando el viejito se estaba dando vuelta para irse, ella se acercó para hacerle una entrevista.
-Discúlpeme, señor. Soy Rebecca Smith, reportera de CNN. ¿Cuál es su nombre?
-Morris Fishbein
-¿Cuánto tiempo ha venido usted, señor, al Muro de los Lamentos?
-Alrededor de 60 años
-¡60 años! ¡Es asombroso! ¿Y por quién ó por qué reza?
-Rezo por la paz entre cristianos, judíos y musulmanes, para que se terminen todas las guerras y los odios entre la gente y para que los niños crezcan como adultos responsables, amando a sus semejantes
-¿Y cómo se siente usted después de estos 60 años?
-Como si le hubiera estado hablando a una pared
 
¡¡Que todos pasemos un buen fin de semana!!