lunes, 10 de febrero de 2014

El ciervo herido

Hay un dicho muy corriente que dice que al hombre se le conquista por el estómago, creo que no solo al hombre, si no también a las mujeres, a los niños y...a los animales...

En un rincón del bosque y protegido por unas zarzas, yacía un ciervo, que había sido herido por un cazador.
Allí fue a parar, renqueante y débil, por la tranquilidad del lugar y la abundante hierba.
 Un conejo oyó los gemidos de dolor del ciervo y se acercó a ver que le ocurría.
Al descubrirlo, así de desvalido, le dio tanta pena que cada día iba unos minutos a hacerle compañía y, como lo comentó con algunos de sus amigos, pronto el lugar fue de lo más concurrido.
Con tanta animación, el ciervo se sentía cada día más feliz pero, en realidad, muchos se acercaban hasta el lugar más atraídos por la fresca hierba que con el propósito de hacerle compañía.
 Pero cuando el alimento se acabó, también empezaron a disminuir las visitas.
El ciervo, de nuevo solo y ahora sin alimento, (pues se lo habían comido las visitas) perdía fuerzas día tras día, hasta que un granjero, atraído por sus dolorosas quejas, apartó las zarzas y lo encontró desfallecido sobre el suelo pelado.
"-¿Que sucede?" , le preguntó.
-"Tengo hambre. Los amigos que me visitaron se comieron toda la hierba"
El granjero le dio de comer un haz de la hierba más fresca del bosque y le dijo:
- " Ten siempre cuidado con los amigos cuyo afecto está ubicado solo en el estómago ".

Este granjero era muy sabio. Todos sabemos que cuando hay buenas viandas en la mesa, tenemos muchas visitas. Si estas se acaban, por el motivo que sea...también, no solo merman las visitas, si no que no vuelven...

4 comentarios:

  1. Un bonito cuento tan real cómo la vida misma. Besicos

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    1. Pero real, real, real. En mi casa lo he experimentado. Cuando hay abundancia tienes muchos visitantes, pero cuando hay menos...se pierden como "El Cantares", que no se quien es, pero lo decía mucho mi padre...tengo que averiguarlo.
      Un beso Charo

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  2. Ma de los Angeles, esto me puso a reflexionar, siempre me despreocupo de si es suficiente o no lo que pongo en la mesa cuando tengo invitados, y parte de mi familia me llama la atención sobre eso, y es que creo que los sinceros invitados son los que no se fijan en la comida, los demás pueden irse por donde vinieron, un abrazo!

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    1. Tu familia tiene mucha razón, acorta la ración si quieres que alguien desaparezca.
      Un abrazo María Cristina

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