miércoles, 30 de octubre de 2013

La silla

La hija de un hombre que estaba enfermo en su cama, le pidió a un sacerdote que fuera a su casa a hacer una oración para su padre.
El sacerdote llegó a la habitación, encontró a este pobre hombre en su cama, con la cabeza alzada por un par de almohadas. Había una silla al lado de su cama, por lo que el sacerdote pensó que el hombre sabía que vendría a verlo.
-¿Supongo que me estaba esperando?-le dijo.
-No, ¿Quien es usted? dijo el enfermo.
-Soy el sacerdote que su hija llamó para que orase con usted; cuando entré y noté la silla vacía al lado de su cama, supuse que usted sabía que yo vendría a visitarlo.
-Ah sí, la silla. ¿Le importa cerrar la puerta? dijo el enfermo. El sacerdote sorprendido cerró la puerta.
El enfermo dijo: -Nunca he dicho esto a nadie, pero toda mi vida la he pasado sin saber como orar. No tengo idea de como hacerlo. Un día mi mejor amigo me dijo:
José, esto de la oración es tener una conversación con Jesús, verás, tu te sientas en una silla, colocas otra silla vacía enfrente tuyo, luego con fe miras a Jesús sentado delante de ti.
-"Es así que lo hice una vez y me gustó tanto que lo he seguido haciendo unas dos horas diarias desde entonces". Siempre tengo mucho cuidado que no me vaya a ver mi hija...pues me internaría de inmediato en un manicomio.
El sacerdote sintió una gran emoción al escuchar esto, y le dijo a José que era algo muy bueno lo que venía haciendo, y que no dejara de hacerlo nunca.
Luego hizo una oración con él. Le extendió una bendición y se fue a su parroquia.
Dos días después, la hija de José llamó al sacerdote para decirle que su padre había fallecido.
El sacerdote le preguntó: -¿Falleció en paz?
-Si, cuando salí de casa a eso de las dos de la tarde, me llamó y fui a verlo a su cama. Me dijo que me quería mucho y me dio un beso. Cuando regresé de hacer unas compras, una hora más tarde, ya lo encontré muerto. Pero hay algo extraño al respecto de su muerte, pues aparentemente justo antes de morir se acercó a la silla que estaba al lado de su cama y recortó su cabeza en ella, pues así lo encontré. ¿Qué cree usted que pueda significar esto?
El sacerdote, profundamente estremecido, se secó las lágrimas de emoción y le respondió:
-"Ojalá que todos nos pudiéremos ir de esa manera.

lunes, 28 de octubre de 2013

Obstáculos en el camino

Hoy voy a poner un relato corto pues acabo de llegar de una visita médica y estoy un poco aturdida, bueno, no aturdida, lo que tengo es una aprensión de caballo. Lo que me pasa, es que no oigo por el oído derecho, llevo así más de una semana, ayer domingo los amigos de la parroquia me asustaron y a la vez me animaron para ir al médico. ( no me gustan los doctores) He ido y el muy granuja al verme tan asustada, me ha dicho que no es un tapón lo que tengo en el oído es...un corcho. Y aquí me tenéis preparándome para el jueves que me lo van a sacar...
Ahora os cuento el cuento, se titula...Obstáculos en el camino:

Hace muchos años, un rey decidió poner a prueba a sus súbditos mandado colocar una enorme  piedra, que obstaculizaba el paso, en medio de uno de los caminos más transitados del lugar. Tras ello, se escondió detrás de uno de los árboles centenarios que había a lado y lado del sendero y esperó en completo silencio a ver la reacción de quienes se encontraban con aquella pesada roca.
Los primeros en pasar fueron unos adinerados comerciantes que, al ver aquel pedrusco en medio, lo rodearon y siguieron su camino.
Aguzando el oído, el rey oyó cómo le criticaban sin disimulo por no mantener los senderos despejados.
Pero allí se quedó la piedra, pues  ni ellos ni otros cortesanos hicieron nada por apartarla.
Un buen rato después, pasó por allí un campesino que llevaba una carretilla llena de verduras. Poniéndola a un lado, se dirigió a la roca y, empujándola con gran esfuerzo, la apartó a un lado.
Cuando lo hubo hecho, vio que, en su lugar, había una bolsa llena de oro y una nota del rey que decía que la recompensa sería para la persona que removiera la piedra del camino.
Solo el campesino supo entender claramente el mensaje: que cada obstáculo de la vida es una oportunidad para mejorar nuestra forma de ser.

jueves, 24 de octubre de 2013

Día del Domud

El domingo pasado se celebró el día del Domund. Ya sabemos que todos los años por esta fecha tenemos que hacer un esfuerzo y dar algo para las misiones.
 Cuando yo era niña, siempre veía en la mesa de la profesora una hucha con forma de Indio, Negrito o Chinito. En ellas íbamos echando  monedas durante todo el año para que el día del Domund se las llevaran a los misioneros.
Cuando yo fui profesora, también tuve en mi mesa una cabeza de negrito y los niños que se portaban mal, el castigo era que tenían que llevar un real para los negritos, (angelitos, cumplían el castigo), pero el día del Domund, se repartían entre los niños varias huchas para que fuesen a pedir. La verdad es que muchos de ellos bombardeaban a sus familiares para que echasen dinero en la hucha.
No se me olvida aquel año de 1956, al volver el lunes al colegio, me dijeron, que a uno de los niños lo había atropellado un camión y a las pocas horas falleció. Todos sus compañeros que eran del mismo barrio estaba impresionados y todos los profesores también.
Como el alumno era mío, el director decidió que era yo la que tenía que ir en representación del colegio a ver a sus padres. Yo era muy jovencita, en aquellos tiempos los jóvenes no éramos tan espabilados como los de ahora y sentí verdadero horror tener que ir a casa de José Ignacio y ver a sus padres.
 Los niños que nunca sabemos como van a responder, debieron de notar el pánico que yo tenía y decidieron acompañarme todos, eran niños de entre 8 y 12 años.
Cuando llegamos a la casa y la madre me vio, creo que sintió más dolor del que ya tenía.
Me dijo la señora, lo contento que iba el niño a clase, las veces que me nombraba en su casa y, que el accidente, se produjo al cruzar una calle para que le echara dinero en la hucha, cabeza de negrito, una persona conocida, quería llevarla llena el lunes al colegio y no vio el camión.
Cuando reanudamos las clases, uno de los niños, el más revoltoso de todos (Celso) y que me hacía quedar muda algunas veces de tanto como le tenía que reñir, se sentó en el pupitre, puso sus cosas en el asiento de José Ignacio, que era su compañero, se cruzó de brazos y dijo que en ese sitio no se sentaba nadie. Aún hoy me emociona ese rasgo.
 Aún hoy los recuerdo a los dos.
 Aún hoy siento amor por los dos y...por todos los niños.
También hoy, que tengo hijos, no se me olvida el dolor de aquella madre

lunes, 21 de octubre de 2013

El elefante y la alondra

Esta es la historia de un elefante y una alondra que eran muy buenos amigos. Por ello, el ave le mostraba al paquidermo los lugares más sombreados para descansar  y, como agradecimiento, el elefante protegía con su imponente presencia  el nido de la alondra del ataque de serpientes y ardillas rapaces.
Un día que estaban conversando junto a la orilla del río, el elefante le confesó a su amiga: "No sabes la envidia que te tengo por no poder volar como tú y conocer lugares lejanos".
En respuesta, la alondra le dio una gran alegría asegurándole que eso era mucho más fácil de lo que se imaginaba. Arrancándose con el pico una pluma de la cola que estaba a punto de caérsele le dijo:
"Aprieta fuerte esta pluma en tu boca y agita con velocidad las orejas arriba y abajo"
Dicho y hecho. El elefante batió su enormes orejas con fuerza y empezó a elevarse lentamente por los aires hasta que, casi sin darse cuenta, notó cómo dominaba el vuelo.
Tras recorrer mundo, el elefante volvió y gradeció a la alondra que le hubiese regalado esa pluma milagrosa. Y la inteligente ave le respondió: "La verdad es que esa pluma no vale para nada, pero tenía que darte algo para que creyeras en ti aunque tú habrías volado de todos modos.

A través de pequeños cuentos y emotivas fábulas, podemos ver grandes lecciones de vida. A veces no hacemos cosas porque nosotros mismos nos creemos incapaces para ello. Tenemos que creer más en nosotros mismos.

miércoles, 16 de octubre de 2013

El cojo de Calanda

Se llamaba Miguel Pellicer:
 En 1636 se fue  a Castellón a casa de un tío materno. En julio de 1637, iba montado en un carro cargado de trigo, se cayó a tierra pasándole un rueda del carro sobre su pierna derecha fracturándole la tibia en su parte central. Le trasladaron a Valencia al Hospital Real, según consta en el libro de registro que aún se conserva. En este hospital está cinco días, solicita permiso para trasladarse a Zaragoza. Tardaron 52 días en llegar.
Lo primero que hizo al llegar a Zaragoza fue una visita  a La Virgen del Pilar y a continuación es ingresado en el Hospital General. Aquí consta que le amputaron la pierna cuatro dedos más abajo de la rodilla. Enterraron dicha pierna en el cementerio del hospital, se le colocó una pierna de madera y se le proporcionó una muleta. Hubo de recurrir a la limosna para poder vivir, esto lo hacía en una de las puertas del Templo del Pilar, en Zaragoza. Y aprovechaba esta circunstancia para oír misa todos los días a la vez que ungía con aceite de las lámparas el muñón de la pierna para aliviar el dolor.
Esta vida de Miguel duró dos años ya que quiso volver a su casa de  Calanda.
El día 29 de marzo de 1640, después de una dura jornada de trabajo en su casa, su madre le preparó la cena y un jergón para dormir en el cuarto de sus padres. Eran aproximadamente las diez de la noche.
Entre las diez y media y las once entraron sus padres en la habitación a la luz del candil y percibieron una "fragancia y olor suave no acostumbrado allí" y al acercarse su madre para comprobar como se había acomodado Miguel en el lecho improvisado, lo encuentra durmiendo pero, ve admirada que por debajo de la capa paterna asomaban dos pies cruzados.
Miguel y sus padres comprobaron las cicatrices en la "pierna amputada" en la nueva pierna.
De este suceso dieron fe, D. Miguel Andreu, notario de Mazaleón y el Acta Notarial, con todo protocolo del año 1640, se conserva en el Archivo del Ayuntamiento de Zaragoza.
El Conde Duque de Olivares informó al rey Felipe IV, quien visito a Miguel y le besó la pierna.
Este milagro en su momento se difundió por toda Europa.
En l999, Vittorio Messori, escribió el libro titulado "El Gran Milagro" por lo que estoy segura que ya se ha difundido por todo el mundo.
Como ha sido el día 12 la festividad de Nuestra Señora del Pilar y está muy cerca todavía, he querido hacer mi pequeño homenaje a La Virgen del Pilar.¡¡Cuanto rogaría Miguel Pellicer a la Virgen por su pierna!!  ¡Y Ella, se la concedió!
Seguro que todos sabéis de este y otros muchos milagros, pero por si hay algún despistadillo que n o lo sabe...yo lo cuento.

lunes, 14 de octubre de 2013

Un clavo en la puerta

Un joven tenía tan mal carácter que su padre no tuvo más remedio que idear una estrategia para ayudarle.
Un día, le regaló una bolsa llena de clavos y le dijo que, cada vez que perdiera la paciencia, tendría que clavar uno de esos clavos tras la puerta.
El primer día, el muchacho clavó más de 30 púas, pero a medida que pasaban las semanas consiguió ir controlando su genio y, con resultado, cada vez tuvo que gastar menos clavos. Y es que era mucho más fácil  poner freno a su mal carácter que pasarse el día dando martillazos.
Cuando el joven consiguió tener un control absoluto sobre los brotes de mal genio, su padre puso en marcha la segunda parte de su plan: le pidió que retirase uno de los clavos de la puerta cada día que lograra controlar su ira,
Los días iban pasando con tan buena fortuna que el muchacho pronto pudo  comunicarle al padre que ya no quedaba ni un solo clavo que arrancar de la maltratada puerta. Y, entonces, el padre le dijo:
"Hijo mío, te felicito por el esfuerzo que has hecho, pero mira todos los agujeros que has dejado en la puerta. Piensa que cada vez que pierdas la paciencia o que des muestras de tu mal carácter, dejarás en los demás cicatrices tan difíciles de curar como las que ves aquí".

El padre de este muchacho, era muy, pero que muy sabio. Como madre que soy, creo que puedo aplicárselo  a uno de mis retoños...

viernes, 11 de octubre de 2013

Muley-Hacén Abdul Hassan

Este señor Muley-Hacen Abdul Hassan, que como vemos tenia un nombre muy rimbombante, era ni más ni menos que el dueño de granada durante algunos años. No se puede decir que fuese adúltero porque no lo necesitaba pues tenía un harén para él solito, claro que, un día vio a una linda mujer castellana y...a partir de entonces, no solo abandono dicho harén si no que también abandono a la sultana.
Como todos sabemos, la castellana era doña Isabel de Solís, fue secuestrada para pedir un rescate, cosa que era muy frecuente, pues tanto moros como cristianos hacían incursiones, robaban señoritas para intercambiarlas por dinero e incluso alimentos, así estaban las cosas.
Lo bueno o lo malo, es que el moro se enamoró perdidamente de la cristiana y la dama no iba a ser menos, se enamoró del rey moro.
La sultana Aixa, no solo puso el grito en el cielo, si no que quiso poner los cuchillos en el precioso cuello de la cristiana Isabel.
Muley-Hacen se llevó a Isabel, primero a una torre, que se llamó desde entonces, "de la cautiva" después a sus aposentos, no sabemos si antes o después de casarse, porque al final se casaron.
Me gustó tanto la historia del Sultán y la cristiana que el romanticismo me puede. No he parado de buscar y encontrar todo lo referente a esta historia de amor. Por eso, se que después de muchas vicisitudes y peleas con la sultana y su hijo Boabdil vivieron felices, Ella adoptó el nombre de Zoraya, tuvieron dos hijos, llamados: Nars ben Alí  y su hermano, Saad ben Alí.
Vivieron felices hasta la muerte del Sultán, que murió en el castillos  de Mondujar, quiso ser enterrado en el lugar más cercano al cielo y alejado de la civilización. El pico más alto de la Península Ibérica, de ahí que se llame...Mulhacen.
Desde entonces fueron muchas las búsquedas que se han realizado en esta montaña para localizar la tumba del monarca y los tesoros que se supone puede contener, pero nunca ha sido encontrada.
Después de la muerte de Muley-Hacen, Isabel, aunque había aceptado la religión musulmana, volvió a su religión cristiana, cambió el nombre de sus hijos, que fueron: Don Fernando de Granada y Don Juan de Granada, este último tuvo descendencia.
Por lo tanto todos aquellos que se apelliden Granada, son descendientes de Muley-Hacen e Isabel de Solís.
Hay un monumento en el pueblo donde nació Isabel precioso, a mi al menos me lo parece.
Es una mujer con el cuerpo desnudo hacia Granada, como entregándoselo al rey y la cara hacia la iglesia entregándose a su Dios.

martes, 8 de octubre de 2013

La calle del Toro

La calle del Toro está situada en lo que llamamos el viejo Madrid, o sea, la parte más antigua. No fue nombrada así por los encierros que en siglos pasados se celebraban en el barrio, si no que cuentan, que uno de los vecinos de la calle colgaba en su ventana unas astas de toro con el fin de atemorizar a los transeúntes, imitando además el bramido del animal.
Este madrileño ya en aquella época, era un poco gamberro.
Cuenta otra de las leyendas, que gobernaba en Madrid el moro Aliatar, enamorado de la bella Zaida, y para conquistarla organizó unos juegos y festejos en la plaza del Alamillo.
Comenzó la fiesta de alancear un toro, resultó el astado bravísimo, y cada moro que intentaba clavar su lanza al animal, terminaba volteado y por los suelos.
Apareció un caballero cristiano que quiso probar suerte y Aliatar se lo permitió pensando que correría la misma suerte que los demás. Pero el caballero alanceó al toro con gran precisión y acabó con la vida del animal.
El caballero se desprende del casco y enseña su rostro: era El Cid Campeador.
Tras su victoria, el caballero abandonó la ciudad, o sea, Madrid, pero ya había inflamado el pecho de  la bella Zaida que, enamorada del cristiano, mandó disecar la cabeza del toro en recuerdo y colocarla en la fachada de su casa (en la actual calle del Toro).
Cuentan que cada vez que Zaida suspiraba de amor, el toro mugía...
En realidad no se cual de las dos leyendas es la autentica, lo que si me imagino es que si es la segunda, al moro Aliatar, los cuernos no le cabían en el turbante...aunque solo eran de pensamiento...
¡¡¡Menudos eran ellos!!!
Claro que aún hoy, no solo los moros tienen celos...creo que los cristianos los han heredado...

sábado, 5 de octubre de 2013

Maravilloso Sócrates

Un hombre se acercó a Sócrates y le dijo:
 "Tengo que contarte una cosa muy seria relacionada con un buen amigo tuyo".
El  Filósofo se lo quedó mirando fijamente con sus ojos llenos de sabiduría y le preguntó:
"Antes de que empieces  a hablar, ¿has sometido lo que pretendes contarme a la prueba de los tres coladores?".
El hombre, desconcertado, le preguntó:"
¿Y que prueba es esa?".
A lo que el viejo filósofo respondió:
"Si no lo sabes, presta atención. El primero de los tres coladores es el de la verdad. Estás seguro de que es cierto lo que me quieres contar?".
"En realidad, seguro del todo no estoy, pero lo escuché de una persona muy seria, poco amiga de las mentiras", respondió el hombre.
"¿Y que me dices del segundo colador, el de la bondad?", continuó Sócrates. "Aunque fuese verdad lo que me has de contar, ¿estás seguro de que es bueno que yo lo oiga?, ¿me hará bien escucharlo?".
Y el otro respondió sin titubear:
"Lo que se dice bueno, no lo es. Más bien todo lo contrario".
"Siendo así -prosiguió el venerable pensador-, aún quedaría un tercer colador, el de la utilidad. ¿Estás seguro de que me resultará útil lo que quieres contarme?".
Pues, la verdad es que no, respondió el hombre.
"Ves?- le replicó el sabio-, si lo que me vas a contar no sabes si es verdad y no sería ni bueno ni provechoso, prefiero que te lo guardes solo para ti".
A partir de hoy mismo, cada vez que me encuentre con la vecina de turno, que lo sabe todo menos tener la lengua quieta, ya se lo que voy a decirle...

Por cierto, tengo que contar lo que me armó dicha vecina hace unos meses. Primero me disgusté, después...bueno ya lo cuento otro día.
Buen "finde" a todos

miércoles, 2 de octubre de 2013

Santos Ángeles Costodios

Muy a menudo cuento anécdotas que pasan en mi vida, algunas muy reales y a otras les pongo un poquito de "pimienta" para suavizarlas un poco. Quizá la de hoy no le interese a muchos, o a nadie, pero es totalmente real y la he vivido esta mañana.
Como todos sabéis hoy es el día de los Santos Ángeles Custodios, Patrón de la policía nacional española, no se si de otros países también, pues bien. Un policía de mi parroquia nos ha invitado para que le acompañáramos en el día de hoy en los actos que se han celebrado como homenaje a sus compañeros. Todo ha empezado con una misa a la que han asistido la policía de Coslada y San Fernando, los alcaldes, concejales y demás autoridades, también han estado acompañados por varios miembros de la Guardia Civil y del Ejercito. El coro de mi parroquia ha estado presente, yo no canto, pero he puesto mi granito de arena pasando el cestito, la verdad es que no se si será por la crisis, el caso es que he recogido poca "pasta".
Ha estado muy emotiva la ceremonia, sobre todo cuando se ha mencionado a tres policías que han fallecido este año. En ese momento y por el pasillo central de la iglesia, caminaban dos policías, uno masculino y otro femenino, con una corona de laureles atravesada con la bandera de España.
En este momento hemos cantado unas estrofas de "La muerte no es el Final" que como todos sabéis es una canción cristiana compuesta por el sacerdote español Cesáreo Gabaráin Azurmendi. La compuso tras haber perdido a Juan Pedro, un joven de 17 años que era organista en su parroquia.
Dicho sacerdote compuso centenares de canciones mundialmente conocidas como Pescador de Hombres (Tú has venido a la orilla).
Las fuerzas armadas de España adoptaron esta música como himno que se entona en homenaje a los que han muerto en acto de servicio.
En este momento se nos ha puesto un nudo en la garganta. ¡No os imagináis la emoción de ver a tanto hombre con el pecho henchido y lágrimas en los ojos cantando esta canción por el compañero perdido!
Bueno, después de terminada la ceremonia y para quitar un poco la pena, nos han invitado a un vino español. Por supuesto de Rioja y para que no se enfade nadie, también había Valdepeñas.
Como es natural, no ha faltado la tortilla de patatas, el buen jamoncito, etc. etc.etc...
Yo me he "Jartado" como dicen los andaluces, de tortilla y cervecita bien fresquita...Ya a las tres de la tarde, mis vecinos Susana y Juan, que pertenecen al coro de mi parroquia, me han llevado a casa en su coche, me he tomado un te y me he echado una siestecita hasta este momento, que he pensado, se lo voy a contar a mis buenos amigos...y aquí está.