miércoles, 22 de septiembre de 2010

Ataulfo

Ataulfo...No creas que me refiero al rey godo Ataulfo, quien caso con Gala Placidia, hermana de Honorio emperador de los romanos...(como verás me lo se de carrerilla, así era como se aprendía en mis tiempos de colegio).
Bien, el Ataulfo al que yo me refiero es un "Fantasma" si como lo lees...un fantasma que habita en el museo Reina Sofía.
La ultima vez que fuimos Piluca y yo a dicho museo (desde entonces no hemos vuelto), nos perdimos. Íbamos como siempre charlado y cuando nos dimos cuenta estábamos en la parte sur del museo, habíamos atravesado el patio, antes nos sentamos en uno de los bancos a descansar.
Yo le estaba contando que allí habían operado a mi madre de apendicitis. También, ( y ella lo sabía), que habíamos ido a consultas externas. E incluso a visitar a algún enfermo conocido.
Cuando nos cansamos de descansar, salimos del patio y fue cuando nos extraviamos. Nos metimos en una sala donde no había nadie, subimos por unas escaleras de piedra muy antiguas, llegamos hasta el primer piso, por aquel sitio olía a alcohol y a cosa rara, nos asustamos y bajamos a tal velocidad que era impropia de nuestra edad.
Seguimos andando deprisa por aquellos corredores, hasta llegamos a uno que estaba alicatado de azulejos blancos y en ese momento estábamos blancas como la pared.
Al intentar darnos la vuelta, nos dimos de cara con un sacerdote joven, pero curiosamente llevaba sotana. Piluca le dijo: -Padre, sería tan amable de mostrarnos una salida?
Muy amablemente nos acompañó a una puerta, la abrió y nos hizo una seña para que pasáramos, le dimos las gracias y salimos tan deprisa como pudimos.
Cuando ya nos encontramos donde había público, respiramos hondo, nos cogimos del brazo y así llegamos donde había mucho barullo y nos quedamos más tranquilas.
Cuando íbamos a coger una bolsa que habíamos dejado en las taquillas veo a un grupo de guardias jurados y entre ellos a un conocido, después de los saludos de rigor y haciéndome la graciosa, le digo que nos hemos perdido le contamos la historia, llama a sus colegas y les dice:-Eh, chicos, venid que mis amigas han visto a Ataulfo.
Nosotras nos sorprendemos y decimos que no sabemos como se llamaba el cura, y van y nos cuentan la historia.
Según ellos y varias gentes que lo han visto, se trata de un sacerdote que fue torturado durante la guerra civil y al que los mismos guardas del museo le pusieron el nombre de Ataulfo. Piluca y yo nos miramos, hasta el colorete nos desaparecio de la cara. Ah¡, y no queda ahí la cosa, dijo uno de ellos, cuando hicieron la remodelación del edificio aparecieron tres monjas momificadas enterradas en la capilla del Hospital, las cuales estan ahora enterradas debajo de sus pies. Estábamos en la puerta principal del museo.
También nos dijeron que varios compañeros suyos habían pedido el traslado pues hay veces que se abren y cierran las puertas solas y se oyen gritos y lamentos.
Como digo anteriormente, ni Piluca ni yo hemos vuelto y...creo que no vamos a volver.

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