martes, 17 de agosto de 2010

he comido gato

Aquí si que encaja el dicho o refrán ese que dice: Me han dado gato por liebre. Mejor dicho: me han dado gato de aperitivo.
Como lo cuento. Tengo unos amigos, bueno, somos como de la familia. Tienen una finca en un pueblo de la comunidad de Madrid. Esta finca hace años era de labranza, pero los que la labraban hace años ahora son abuelos y claro está los hijos y nietos se dedican a otra cosa, pero todos ellos son expertos en cosas de campo y animales.
Este pueblo es una pedanía, por lo tanto es pequeño y todos los habitantes son amigos, e incluso yo conozco a todos y eso que sólo voy de vez en cuando.
Todos los habitantes de este pueblecito, y yo también, sabemos lo rácano que es el dueño del bar que hay en la plaza y lo que nos cuesta que nos dé una aceituna o una cuantas patatas fritas con la cerveza. Este domingo cuando dijeron de ir a tomar el aperitivo mis amigos, tanto los mayores como los jóvenes nos pusimos muy contentos, pues la finca está a medio kilómetro del pueblo y teníamos que ir andando a campo través que nos hacía mucha ilusión.
Llegamos al bar, pedimos, unos cerveza, otros vino y algunos jóvenes pidieron bebida de cola.
Vimos que en el mostrador había una enorme fuente de asar, de esas de barro, llena de conejo al ajillo. Pensamos que como hay comedor, era para los cliente que en él estaban.
Antes de reclamarle el aperitivo y sin decir nada, nos coloca un plato del rico "conejo" que tenía delante de nosotros. Todos sin excepción, nos tiramos como lobos a ver quien cogía el trozo más grande.
Como el señor Antonio vio que eramos muchos, nos puso otro plato, el cual devoramos en un "plis. plas".
La verdad es que estaba riquisimo.
De pronto, y cuando habíamos comido un montón de tajadas cada uno, dice uno de los hombres de esta familia.-Esto que estamos comiendo es gato.
-¿Queeee?
- Como digo, es gato, ya sabéis que este hombre es muy tacaño y además, hace unos días han desaparecido todos los gatos del pueblo.
Yo, incrédula le digo.- Y tu como lo sabes.
-Pues muy sencillo, la carne de conejo se desprende facilmente del hueso, como veis esta cuesta trabajo y nunca queda el hueso limpio, por lo tanto...lo que habéis comido ha sido GATO.
Esto fue el domingo y no nos hemos puesto malos, solo nos queda hacer una cosa y es, no pensarlo.
No digo el nombre del pueblo por respeto a sus vecinos, si no...
Cuando llegué a casa a las tantas de la noche, al pasar por el pasillo donde tengo una fotografía de mi Gatita Rufa...me eché a llorar.

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